06 mayo 2009

Una Reflexión como otra cualquiera...


De nuevo este duende está sentado frente a un papel en blanco, nunca nos damos cuenta de que el mundo no deja de girar, sentimos cuando nos enamoramos que el mundo se detiene, no sabiendo que él sigue su camino y que nosotros nos volvemos demasiado perezosos para seguirle, y de repente, un día, cuando miras a tu alrededor todo está cambiado, y tú sigues igual... Para variar sientes que los demás tiran "palante" y te dejan atrás, que nadie mira hacia atrás...

Estoy reflexionando sobre el egoismo ese que nadie admite y que todo el mundo tiene que ningún ser humano puede esquivar, pienso si hay un egoismo bueno y uno malo, y si son esos dos egoismos los que nos hacen de cara a los demás mejores o peores personas. Parece que el ser humano es incapaz de hacer nada que no redunde en su propio beneficio de una manera u otra. De ahí los dos tipos de egoísmo se que muchos pensarán que cuando alguien hace algo por ayudar a los demás eso es desinteresado, no tiene beneficio propio, y así es aparentemente... pero en el fondo ese ayudar, ese arriesgar la vida por otros, esa entrega no es altruista, nadie lo haría si el hacerlo le hiciese sentirse mal... los que lo hacen se sienten bien haciéndolo, quizás porque esperan una recompensa mayor, porque haciéndolo lavan sus conciencias, reciben el cariño y la aceptación de los demás, cada uno busca su beneficio, en este caso estaríamos hablando del egoismo que nos hace mejores personas... el egoísmo disfrazado, el que no se nota.

El otro Egoísmo es el que todos conocemos y criticamos, pero en el fondo todos pasamos por él en un momento u otro, es esa mancha en el expediente que la mayoría quieren tapar, cuando alguien es egoista abiertamente se le critica se le da de lado y se le considera peor persona, y sin embargo, el egoísmo sea de la clase que sea sólo tiene un fin perseguir y mantener el estado de felicidad del sujeto durante el mayor tiempo posible, cada uno haciendo uso de su libre albedrío elige la forma de alcanzar aquello que todos perseguimos como fin último LA FELICIDAD.

Nadie puede negarse a sí mismo el ser feliz, porque para los humanos es como una droga a la que estamos enganchados, cuando alguien no es feliz o su felicidad no es suficiente, se convierte en una persona triste, abatida, desesperada, tiene una necesidad más allá de toda lógica de volver a sentirse feliz, cada uno lucha su guerra... Si bien es cierto como todo, que existen sujetos que resisten mejor la ausencia o la bajada de niveles de felicidad que otros, pero al final la vida gira tan rápido que en algun momento todo ser humano se enfrentará a esa pérdida y dependerá de su egoismo y el egoísmo ajeno para poder sobre llevarla mejor o peor y para recuperar su dosis...

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